PERIODONCIA: Retracción de encías: estética y algo más


Quien se mira en el espejo y ve que la raíz de su muela o diente ha quedado al descubierto, no necesita conocimiento científico para darse cuenta de que está frente a un problema: la retracción de encías.



Y con ella, pueden llegar las caries en raíces, una mayor sensibilidad y un problema estético, que no es menor a la hora de decidirse a consultar con los especialistas.

Por distintas causas, y no necesariamente por la edad, la encía puede alejarse de su posición normal y dejar al descubierto parte de las raíces. En muchos casos, hay soluciones quirúrgicas posibles, que deben ser acompañadas de la disminución o desaparición de las causas y un estudio minucioso de cada paciente en forma individual antes de decidir realizar la intervención.

Las causas de dicha retracción pueden ser varias: las características de los tejidos propios de la persona (fenotipo periodontal, en el que se combinan factores genéticos y ambientales), el cepillo que se use y cómo se lo use, la presencia de bruxismo (apretar los dientes y hacer ruido durante el supuesto descanso), exceso o falta de higiene, o como secuela de la movilización de los elementos dentarios, por ejemplo con ortodoncia. El tabaco es otro factor que, si bien en sí mismo no es determinante, es coadyuvante y es considerado uno de los factores de 
riesgo de enfermedades periodontales.

En cuanto a la edad, entre los 40 y 50 años suele darse una retracción sin más causas que el tiempo vivido. En este último caso, no son dientes o muelas aisladas las que dejan al descubierto sus raíces, sino que es generalizado. Y, cuando es generalizado, se puede estar hablando también de alguna enfermedad infecciosa periodontal. La recesión o retracción pura es la que se da en piezas aisladas. Si el problema esta presentado, es hora de buscarle solución.

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Para tratar la sensibilidad, hay productos químicos que reducen este efecto (y, por lo general, los que se encuentran en el mercado sirven para las prevención de caries), técnicas de higiene, aplicaciones de flúor y control periódico. “La mayoría de las consultas se presentan por cuestiones estéticas”, revela Miriam Grenón, profesora titular de la Cátedra A de Periodoncia de la Universidad Nacional de Córdoba.

Cuando el paciente advierte que tiene una raíz a la vista y le molesta, ya no se queda sólo con el problema, sino que acude en búsqueda de la solución. “El periodoncista realiza un diagnóstico del estado de la clase de la recesión. Se trata primero la inflamación o infección –si la hay– y luego se procede a encarar la cirugía, que en sí misma no es complicada, como tampoco lo es su post operatorio”.

Las técnicas que se emplean son la reutilización de tejido del propio paciente (injertos), o la utilización de matriz dérmica acelular. Algunos equipos de ingeniería de tejidos, principalmente en España, ya trabajan en el cultivo de tejido a partir de células del propio paciente para proceder a injertos.

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“Siempre es necesario eliminar primero la inflamación y neutralizar las causas, antes de plantear la cirugía”, subraya Mauricio Kremer, profesor adjunto de la cátedra. Luego, continúa Grenón, se realizan los estudios previos a cualquier cirugía y se la programa.

La operación puede demandar aproximadamente una hora promedio. El paciente verá limitados sus movimientos durante las primeras 72 horas, en las cuales solo podrá ingerir alimentos blandos y fríos. Paulatinamente, comenzará a incrementar consistencia y temperatura hasta llegar a una dieta normal.

Los estudios científicos hablan de una permanencia en la posición colocada del tejido por lo menos por cinco años, siempre y cuando se hayan eliminado las causas que originaron el problema, y el paciente concurra periódicamente a sesiones de mantenimiento. Generalmente, se añade la utilización de placa de relajación.

En los adultos mayores, cuando la recesión es generalizada, lo importante es controlar la situación. En realidad, la prevención evitaría llegar con el problema avanzado. Es decir, con controles periódicos de dientes y encías, una higiene bucal adecuada, con hilo dental o cepillo interdental y placa de relajación, si fuera recomendada y en función de la ubicación de los dientes.

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Cuando es necesaria la ortodoncia, no se debe perder de vista que como efecto no deseado puede tener la recesión o retracción de la encía. Pero, a su vez, la ortodoncia es una de la terapéuticas propuestas para limitar el daño cuando comienza dicha recesión, por ello es tan importante hacer un correcto diagnóstico y recién después implementar un tratamiento clínico y/o quirúrgico.

Concurrir al especialista antes de que avance, una vez retirada la ortodoncia o bien por derivación del ortodoncista antes o durante dicho tratamiento. Y respecto de la necesidad del uso de placa de relajación, mucha gente no lo reconoce o no lo advierte, pero el odontólogo lo ve sin necesidad de palabras: 
por el desgaste de algunas piezas no son necesarias las confesiones.

Investigación

Grenón y Kremer integran un equipo de investigación de la UNC que diseña un “Estudio de parámetros de salud bucal en la población adulta de la ciudad de Córdoba”, que se llevará a cabo este año, con el aval de los gobiernos de la Ciudad y la provincia de Córdoba.

Este estudio busca responder a algunos interrogantes sobre la salud bucodental de la población cordobesa, como por ejemplo la prevalencia de caries, de recesiones gingivales y presencia de salud-enfermedad en las encías y en la mucosa bucal y la presencia de factores de riesgo para contraerlas.

Fuente: lavoz.com.ar

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