ENDOCARDITIS: Bacterias orales y su relación con este grave problema cardíaco


Las bacterias presentes en la boca que acaban en al torrente sanguíneo podrían ser capaces de causar trombos sanguíneos y provocar endocarditis.


Los datos, que se han presentado durante la conferencia anual de la Sociedad para la Microbiología General, podría conducir al desarrollo de nuevos medicamentos para combatir la enfermedad infecciosa del corazón.

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La presencia de la bacteria Streptococcus gordonii es habitual en boca y contribuye a la placa que se forma sobre la superficie de los dientes. Pero, si estas bacterias entran en el torrente sanguíneo a través de sangrado de las encías podría causar estragos.

Ahora, un equipo de Investigadores del Colegio Real de Cirujanos en Irlanda y la Universidad de Bristol (Gran Bretaña), han descubierto que la S. gordonii es capaz de producir una molécula en su superficie que le permite imitar la proteína fibrinógeno humano -un factor de la coagulación sanguíneo-. 

Estos trombos de sangre no deseados contiene las bacterias, protegiéndolas así contra el sistema inmunológico y frente a los antibióticos que pueden utilizarse para tratar la infección.



Además, han visto que el agrupamiento de las plaquetas puede provocar un crecimiento anómalo de las válvulas cardíacas, un proceso denominado endocarditis-, o inflamación de los vasos sanguíneos que pueden bloquear el suministro de sangre al corazón o al cerebro y llegar incluso a causar la muerte.

Según la investigadora principal Helen Petersen, una mejor comprensión de la relación entre las bacterias y las plaquetas podría servir para diseñar nuevos tratamientos para la endocarditis infecciosa. «En el desarrollo de endocarditis infecciosa, un paso crucial es que las bacterias se pegan a la válvula del corazón y posteriormente activan las plaquetas para formar un trombo. 

Ahora, ya conocemos el mecanismo que está detrás de esta cascada de acontecimientos y por eso podríamos desarrollar nuevos fármacos son necesarios para prevenir los trombos de sangre y también endocarditis infecciosa».

Cirugía y antibióticos

El tratamiento habitual para la endocarditis infecciosa se basa en la cirugía o el uso de potentes antibióticos, aunque cada vez son menos eficaces debido a las resistencia antibiótica-.

«Alrededor del 30% de las personas que lo padecen mueren endocarditis infecciosa y la mayoría requieren cirugía para el reemplazo de la válvula cardíaca infectada con una válvula» señala Petersen.

Los investigadores también están buscando otras bacterias de la placa dental que podría tener efectos similares a S. gordonii. 

Fuente: abc.es


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