PDF: Manejo terapéutico inicial de las heridas por arma de fuego en el territorio maxilofacial


Los traumatismos faciales provocados por armas de fuego en nuestro medio son raros, probablemente debido a la legislación sobre posesión de armas de fuego vigente en nuestro país.



Esta falta de experiencia unido a las características especiales de estas lesiones, que requieren en muchas ocasiones el empleo de técnicas reconstructivas microquirúrgicas para su tratamiento definitivo, hacen que este tipo de pacientes constituyan un reto para el cirujano oral y maxilofacial. 

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La severidad de las lesiones por arma de fuego depende de dos variables fundamentalmente. La primera variable se debe al calibre del proyectil y a la velocidad con la que se dispara, que son dependientes del arma utilizada.

La segunda variable relacionada es la distancia a la que se realiza el disparo, que fue clasificada por Sherman y Parrish en tres tipos: tipo I, aquellos realizados más allá de 6,6 metros; tipo II entre 6,6 y 2,74 metros; y tipo III a menos de 2,74 metros.

Como veremos posteriormente, estas lesiones se pueden clasificar de forma básica en dos grandes grupos: las de alto y las de bajo grado de energía. Además, hay que tener en cuenta la región donde se produce, ya que las lesiones en el territorio maxilofacial pueden tener importantes secuelas estéticas y funcionales, o lo que es más grave, provocar la muerte del paciente.








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