El envejecimiento es un proceso dinámico que se inicia desde el momento del nacimiento y se desarrolla a lo largo de la vida. En este recorrido vital se producen cambios morfológicos, funcionales y psicológicos.
Envejecer no es lo mismo que enfermar aunque sí conlleva un mayor riesgo de desarrollar ciertas enfermedades y aparición de incapacidades. Por eso, es tan importante la prevención y el cuidado de la salud desde la infancia y de ahí la necesidad de establecer unos objetivos para mejorar la salud del adulto y del mayor.
Preservar y mejorar nuestra salud oral repercute directamente en la salud general y en nuestra calidad de vida. La capacidad para comer y hablar, así como la percepción de nuestra propia imagen, intervienen directamente en la autoestima y en nuestro modo de relacionarnos con los demás.