El uso de los implantes dentales ha supuesto uno de los cambios más importantes en la práctica odontológica. Sin embargo, a pesar de la predictibilidad de los tratamientos con implantes dentales, estos no están exentos de problemas.
En los últimos años se ha constatado la alta frecuencia de trastornos asociados a los tejidos periimplantarios, que pueden conducir a la pérdida del hueso periimplantario y, finalmente, a la pérdida del implante.
Para hacer frente a este problema, lo más eficaz son las estrategias preventivas, que implementarse a lo largo de todo las fases de tratamiento y mantenimiento y que afectan a todos el equipo de la clínica dental (periodoncista, dentista, cirujano, prostodoncista, higienista dental, auxiliares, recepcionistas...).
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Si el trabajo en equipo es, en la mayor parte de las ocasiones, la clave del éxito en la prestación de servicios de salud, en el caso de las enfermedades periimplantarias el papel que desempeña el trabajo en equipo es crucial. Sin duda, como asegura David Herrera, presidente de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), «cada miembro del equipo dental es básico para luchar contra las enfermedades periimplantarias».
Las enfermedades periimplantarias, enfermedades inflamatorias que afectan a los tejidos blandos y duros alrededor del implante osteointegrado, se producen como consecuencia de la respuesta del organismo a una infección bacteriana, de modo similar al que se produce en el caso de las enfermedades periodontales, explica Ignacio Sanz, de la Universidad Complutense de Madrid. En las mucositis no hay afectación de hueso, mientras que en las periimplantitis sí.
Prevalencia
Tal y como recuerda este especialista, «la prevalencia de este grupo de patologías se dispara a partir de los 5-7 años de tener los implantes en función, pudiendo afectar hasta un 80 % de los pacientes y un 12-35% de los implantes». Por ello, resalta, «es fundamental que todo el equipo conozca cuales son las herramientas diagnósticas de las que disponemos, así como cuales son las variables clínicas que debemos monitorizar para distinguir los implantes en salud de los enfermos».
Por su parte José Nart, Jefe del Departamento de Periodoncia de la Universitat Internacional de Catalunya, subraya que «la prevención de la mucositis y periimplantitis se inicia previamente a la colocación de los implantes, con el plan de tratamiento, motivación e información al paciente». Pero, además, apunta que «si aparece la mucositis debemos saber que está en nuestras manos y de nuestros equipos revertirla».
La baja predictibilidad del tratamiento de las periimplantitis y la elevada alta prevalencia de estos trastornos hace necesario establecer estrategias de prevención para evitar o disminuir su incidencia. Estas estrategias preventivas tienen que estar organizadas desde todo el equipo de la consulta, con el fin de que se puedan establecer protocolos rutinarios de mantenimiento en el día a día de pacientes portadores de implantes. «Las estrategias de prevención se deben desarrollar tanto a nivel profesional en la consulta como en el día a día del paciente en su casa», recuerda Nart.
Mantenimiento
Sobre qué hacer durante la colocación de los implantes y en el mantenimiento de los mismos a largo plazo, Berta Legido, Profesora en la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid, destaca que «el diagnóstico de los posibles factores de riesgo y su control, antes de colocar los implantes, evitará, en gran medida, la aparición de las enfermedades periimplantarias». A su juicio, «es ineludible el tratamiento de la periodontitis, así como conseguir un correcto control de placa y la supresión o disminución de importantes factores de riesgo, como el tabaco».
Fuente: abc.es