Para prevenir la caries en estas zonas se han desarrollado los selladores de fosas y fisuras.
Éstos representan una barrera física que aísla estas superficies del medio bucal impidiendo así la acumulación de bacterias y restos orgánicos, a la vez que se produce un bloqueo de la aportación de nutrientes a los microorganismos ya existentes.
La efectividad de éstos ha sido objeto de muchos estudios, y la mayoría de autores concluyen que resultan óptimos en la reducción de la enfermedad.
En este sentido, Geiger y cols. (2000), indican que el tratamiento con mejores resultados para la prevención de la caries dental es el uso de los selladores de puntos, fosas y fisuras.
Éstos autores concluyen que existe relación entre la longevidad del sellador y la efectividad anticariogénica de éste, para asegurar el éxito del tratamiento.
Sin embargo, los promedios de retención del sellador, desafortunadamente disminuyen en el 85% de los casos al año y, en el 50% a los cinco años después de su colocación.