Aunque son muchas las patologías minoritarias que pueden provocar desajustes de la salud bucodental de los niños, hay algunas en las que los efectos son más claros:
► Enfermedad de Buerger: es una enfermedad inflamatoria oclusiva segmentaria de las arterias y venas que causa trombosis y tiene mucha relación con la enfermedad periodontal y la flora bacteriana periodontal.
► Síndrome de Papillon Léfèvre: se caracteriza por producir hiperqueratosis (desarrollo exagerado de la capa córnea de la
piel de las palmas de las manos y plantas de los pies), enfermedad periodontal precoz, con infección y sangrado frecuente
de las encías, y pérdida de los dientes precoz (los definitivos se pueden caer entre los 12 y los 14 años).
► Síndrome de Behçet: en esta patología el sistema inmune ataca los capilares sanguíneos, produciendo inflamaciones.
Los
signos orales suelen ser los principales para detectarla. En estos casos, las aftas bucales son muy comunes y dolorosas.
► Síndrome de Nance-Horan: este síndrome provoca la aparición de dientes con formas inusuales, supernumerarios, ausencia de algunos dientes (agenesia), dientes retenidos o espacios muy amplios entre dientes (diastema).
Asimismo, los
incisivos pueden tener forma cónica y los demás dientes formas cónicas, cilíndricas o redondeadas.
► Osteogénesis imperfecta o huesos de cristal: este grupo de trastornos genéticos se caracteriza por la fragilidad y la
poca masa ósea que también puede causar dentinogénesis imperfecta, donde se afectan los tejidos duros del diente y
se debilitan.
► Picnodisostosis o enfermedad de Toulose-Lautrec: se caracteriza por diversas anomalías óseas.
A nivel maxilofacial y
bucodental, los afectados presentan mandíbulas pequeñas, dientes supernumerarios, gran tendencia a la formación de
caries, dientes mal implantados, dientes con forma anormal (puntiaguda o cónica) y retraso en la erupción dental.
FUENTE: Consejo de Dentistas