Existe una gran variedad de clasificaciones de OM, estas agrupan las OM según su comportamiento clínico, radiográfico y/o hallazgos histopatológicos; de estas ninguna cuenta con la aceptación general.
En general, la OM puede ser caracterizada como aguda o crónica, basándose en la cronología del cuadro, considerándose como aguda cuando su curso ha sido menor a 4 semanas de evolución.
La variante aguda implica una evolución rápida de pocos días, generalmente con un origen odontogénico.
La destrucción de las estructuras óseas a consecuencia de la diseminación séptica, especialmente en la mandíbula, plantea el problema del inminente daño al cartílago condilar, cuyo rol en el crecimiento mandibular y facial es crucial.
Se presenta un caso clínico diagnosticado como osteomielitis aguda hemimandibular en una niña de 4 años de edad, en el cual el proceso infeccioso se diseminó al cuerpo, rama y cóndilo mandibular.
Además, se muestra su tratamiento y control a los 14 meses de evolución y se comentan las implicancias en el desarrollo y crecimiento mandibular y facial.