La magnificación por sí sola no es suficiente para conseguir un campo de visión completo y claro de la zona a tratar.
Por esta razón, los microscopios incorporan una potente fuente de luz (led o xenón), que se transmite por el mismo camino por donde observamos, dando como resultado una iluminación perfecta de la zona de trabajo por muy profunda y oscura que sea.
Además de la curva de aprendizaje para el uso de este tipo de dispositivos, también es necesario incorporar a la práctica clínica el uso de microinstrumentos que permitan adaptarse al campo de visión aumentado, pero reducido, que ofrece el microscopio dental.
Por supuesto, el resultado merece la pena, consiguiendo una mayor ergonomía y menor fatiga para el profesional, así como tratamientos de mayor calidad y menos invasivos para el paciente.
Fatiga ocular en Odontología
Los sistemas ópticos y de iluminación del microscopio han sido diseñados para que el operador mire al infinito.
A diferencia de lo que sucede cuando trabaja a ojo desnudo o con lupas de aumento.
La iluminación es coaxial, es decir paralela a la línea de visión, lo que permite al operador observar el campo operatorio sin sombras.
La observación del campo a través de los oculares elimina la visión colateral.
La periferia del campo de visión es un área oscura, por lo tanto se elimina información no relevante que mejora la visión y la concentración.
Todo ello facilita que los ojos trabajen en una situación de reposo y minimiza la fatiga ocular.