Durante las diferentes décadas la Implantología Oral ha ido sufriendo grandes cambios, no solo en lo relacionado a la tecnología utilizada para la confección de implantes, sino también en la introducción de diferentes materiales para su elaboración.
Entre ellos se pueden mencionar en primer lugar el titanio, que con el correr del tiempo fue siendo reemplazado por el zirconio, y en la actualidad, se está imponiendo el uso de otro biomaterial como es el polieteretercetona (PEEK).
Si bien en este momento existe una profilaxis con un amplio espectro antibiótico para el tratamiento de infecciones causadas por la presencia de implantes dentales, depende de cada criterio profesional, lesión inflamatoria o infecciosa, y tipo de paciente, para la prescripción de un tratamiento antibiótico en forma pos-implantaria.
Ha sido probado científicamente que la resistencia bacteriana ante la acción de varios antibióticos, también dificultaría en ciertos casos, el tratamiento mencionado.
Existe evidencia científica sobre la profilaxis microbicida en tratamientos de implantes, con Amoxicilina 1 gr, prescribiendo 2 gramos antes del tratamiento, puede disminuir el riesgo de un fracaso temprano, pero no de un proceso infeccioso.
Por ello, es importante ser cauto en el momento de prescribir un antibiótico, sin antes considerar las características del paciente, de la lesión y de la microbiota presente en la misma.
En general los implantes han sido muy aceptados por el ecosistema oral, sin embargo, no dejan de ser sustratos extraños en dicho espacio.
Por ello, es importante considerar su relación con la microbiota oral, que tiene la particularidad de adherirse fácilmente a todas aquellas superficies que presentan características físicas o químicas favorables para tal fin.