PDF: Fracaso implantario en pacientes con Diabetes, Osteoporosis y Enfermedades Cardiovasculares


El fracaso implantario ha sido definido de diversas formas en la literatura científica. Chrcanovic et al. lo definieron como aquellos signos y síntomas que conducen a la explantación del implante, por tanto, fracaso equivale a pérdida del implante.


La tasa descrita de fracasos en implantología oral se ha indicado alrededor del 0,7 – 3,8%. 

Los fracasos se han clasificado en tempranos o tardíos, en función de si se produce antes o después de la carga funcional de los implantes con una supraestructura protésica, respectivamente. 


Esta diferenciación es importante ya que en función del momento del fracaso, se asocian diferentes factores. 

En este sentido, el fracaso temprano se produce a consecuencia de un fracaso en la oseointegración derivado de factores locales y/o sistémicos y representan aproximadamente el 5% del total de fracasos, afectando en mayor medida a mujeres y pacientes jóvenes. 

Por el contrario, los fracasos tardíos suelen ser producidos por factores bacterianos, hábitos parafuncionales o factores mecánicos relacionados con las prótesis que soportan los implantes y afectan a ese 95% de los implantes que alcanzan la osteointegración. 

De manera resumida, los fracasos tempranos se producen antes de la colocación de la restauración protésica, mientras que los fracasos tardíos, a posteriori. 

Cakarer et al. clasificaron los factores de riesgo en implantología oral en dos grupos: en el primer grupo incluyeron los relacionados con el paciente; y en el segundo grupo, aquellos relacionados con las técnicas quirúrgicas y prostodóncicas. 



Diabetes mellitus 

La diabetes mellitus constituye una enfermedad metabólica caracterizada por una hiperglucemia resultante de una menor secreción y/o una acción alterada de la insulina. 

La hiperglucemia tiene un efecto negativo en el metabolismo óseo (denominado, osteopatía diabética) lo que se ha asociado con una menor densidad y propiedades mecánicas óseas entre otras, aumentando el riesgo de fracturas. 

Otras complicaciones asociadas son alteraciones micro/macro angiopáticas (angiopatía diabética), neuropatías y un riesgo aumentado de infecciones como periimplantitis Chen et al. en un metanálisis no observaron una asociación entre diabetes y el fracaso implantario, sin embargo, debido a la alta incidencia de complicaciones en estos pacientes se recomienda la toma de una serie de consideraciones como la monitorización de los valores de hemoglobina glicosilada (HbA1c) para conocer si existe un control de la enfermedad.


Puede ser recomendable, la realización de una prevención antibiótica, aconsejar el uso de antisépticos tópicos (clorhexidina) pre y postoperatorios para disminuir el riesgo de infecciones; insistir en el cese del hábito tabáquico (si existiera); y llevar a cabo un protocolo más estricto de visitas con el fin de alcanzar unos correctos hábitos de higiene oral. 

Enfermedades cardiovasculares 

Las enfermedades cardiovasculares pueden alterar el riego sanguíneo y provocar una cierta hipoxia en los tejidos que puede afectar al proceso de cicatrización de los implantes dentales. 

A pesar de esta hipótesis, no existen diferencias significativas en el fracaso del tratamiento implantológico en estos pacientes. 

Se recomienda realizar una prevención antibiótica frente a la endocarditis bacteriana en los casos en los que esté indicado. 

A pesar de estos resultados, la bibliografía al respecto es controvertida por lo que serían necesarios ensayos clínicos randomizados controlados con criterios homogéneos. 

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Osteoporosis 

La osteoporosis es una enfermedad esquelética caracterizada por una reducción de la densidad ósea y alteraciones en la microestructura del hueso lo que conlleva un mayor riesgo de fracturas. 

La hipótesis de que la osteoporosis afecta negativamente al metabolismo óseo y que puede alterar la cicatrización ósea alrededor de los implantes dentales y comprometer la osteointegración es biológicamente posible pero controvertida. 

No existe suficiente evidencia en la literatura para considerar la osteoporosis como una contraindicación absoluta para la colocación de implantes. 


En un reciente metanálisis se concluyó que no existe una diferencia estadísticamente significativa entre pacientes con osteoporosis y sin ella respecto a la tasa de fracasos de los implantes dentales. 

Pese a ello, debe de tenerse en cuenta que el hueso osteoporótico puede ser equivalente a un hueso D4, por lo que debe de considerarse tiempos mayores de osteointegración, no recomendando la carga inmediata en estos pacientes. 

Estos pacientes suelen ser tratados con bifosfonatos lo que incrementa el riesgo de osteonecrosis de los maxilares. 

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