Para poder realizar un diagnóstico certero, dependemos de la elaboración de una serie de evaluaciones clínicas, radiográficas y microbiológicas.
Entre los métodos de diagnóstico clínicos usados frecuentemente, encontramos: la historia clínica, el examen dental, análisis oclusal y el examen radiográfico.
Es importante tener en cuenta que la radiografía es un auxiliar del examen clínico y nunca un sustituto de él.
La radiografía es una herramienta valiosa que contribuye a elaborar el diagnóstico de la enfermedad periodontal, determina el pronóstico y valora el desenlace terapéutico.
La información que nos brinda la Rx es limitada ya que nos muestra una imagen bidimensional de una estructura que tiene tres dimensiones.
La radiografía es una sombra que resulta de de la superposición de tejidos blandos, hueso y dientes.
Nos revela las alteraciones del tejido calcificado y nos permite considerar factores que no se identifican clínicamente, como por ejemplo la magnitud y el tipo de pérdida ósea.
LIMITACIONES DE LA RADIOLOGÍA ORAL EN PERIODONCIA
Las limitaciones de las radiografías dentales destacan la necesidad de complementar esta herramienta con otras técnicas diagnósticas y exploraciones clínicas para obtener un análisis completo y preciso.
A continuación, se detallan las restricciones más relevantes:
1. Representación bidimensional
La radiografía presenta una estructura tridimensional en solo dos dimensiones, lo que puede ocasionar superposición de imágenes y pérdida de información sobre profundidad y relación espacial.
2. Ausencia de visualización de bolsas periodontales
Aunque es útil para evaluar el soporte óseo, no permite observar tejidos blandos como las bolsas periodontales, esenciales en el diagnóstico periodontal.
3. Limitación en la evaluación del hueso en caras libres
No revela con precisión el estado del hueso en las superficies no visibles, como las caras libres de los dientes.
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4. Incapacidad para detectar partículas pequeñas de tártaro
Solo se identifican grandes depósitos calcificados, mientras que los pequeños o subgingivales suelen pasar desapercibidos.
5. Falta de detección de cambios incipientes
Cambios tempranos, tanto en tejidos óseos como dentarios, no son evidentes en las radiografías hasta que se producen alteraciones más avanzadas.
6. Minimización de lesiones óseas y dentarias
Las lesiones pueden aparecer menos severas de lo que realmente son, lo que puede llevar a subestimaciones en el diagnóstico.
7. Falta de diferenciación en casos tratados periodontalmente
La radiografía no muestra cambios cualitativos en tejidos tratados periodontalmente, limitando su uso en la evaluación del éxito terapéutico.
8. Ausencia de registro de movilidad dentaria
La movilidad, un indicador clave en salud periodontal, no puede ser evaluada mediante imágenes radiográficas.
9. Carencia de información sobre tejidos duros y blandos
Las relaciones entre estructuras como dientes, hueso y encías no pueden ser evaluadas, lo que dificulta el análisis integral de la salud bucodental.
Conclusión
Estas limitaciones subrayan la importancia de utilizar las radiografías como complemento de una evaluación clínica completa y de considerar tecnologías avanzadas, como la tomografía computarizada (CBCT), para un diagnóstico más detallado y tridimensional.